Inundaciones en Texas: evidencia devastadora de la emergencia climática
Ciudadanxs por la Sostenibilidad:
Del 4 al 7 de julio de 2025, Texas vivió una de las inundaciones más mortales en su historia reciente, con más de 129 muertos confirmados y 160 personas desaparecidas, muchas de ellas niñas y adolescentes que se encontraban en campamentos de verano como Camp Mystic, junto al río Guadalupe. En apenas 45 minutos, el nivel del río subió más de 8 metros, arrasando viviendas, carreteras, y dejando comunidades enteras sin acceso a electricidad, agua o comunicación. Aquí 4 puntos para entender la emergencia:
1. 🌊 Los efectos presentes: la tragedia en Texas
Lo más estremecedor es que gran parte de las víctimas no recibió alertas a tiempo. El condado de Kerr, una de las zonas más afectadas, no contaba con sistemas de alerta de inundación, a pesar de ser históricamente una región vulnerable. El área afectada, conocida como Flash Flood Alley, tiene antecedentes de crecidas similares, como las de 1987 que cobraron la vida de 10 adolescentes. Esta vez, la historia se repitió, pero con consecuencias aún más devastadoras.
A pesar de las alertas emitidas por el Servicio Meteorológico Nacional (NWS), la magnitud y velocidad de las lluvias superaron todos los pronósticos. Zonas de difícil acceso, falta de cobertura celular y recortes a los sistemas de prevención empeoraron la respuesta. La tragedia en Texas no es sólo una catástrofe meteorológica: es un llamado de emergencia a nivel mundial.
2. 🚫 El problema del negacionismo climático y el debilitamiento institucional
Aún con las evidencias claras, persiste un negacionismo estructural que impide actuar con la urgencia necesaria. Líderes políticos como el presidente Donald Trump minimizaron la tragedia calificándola como “una catástrofe que ocurre una vez cada 100 años”, negándose a reconocer el vínculo directo con el cambio climático.
Mientras tanto, se ha documentado que el Servicio Meteorológico Nacional ha perdido a más de 600 trabajadores, debido a despidos, jubilaciones forzadas y recortes presupuestarios promovidos por la administración federal. Las oficinas regionales más cercanas al epicentro del desastre estaban operando con un quinto de su plantilla vacante .
Este debilitamiento institucional es una forma peligrosa de negacionismo. Minimizar el papel de la ciencia, recortar los sistemas de prevención y trasladar la responsabilidad a “la naturaleza” niega la dimensión política del problema. Y mientras se discuten responsabilidades, las víctimas siguen contando sus muertos.
3. 🔬 Lo que dice la ciencia: los extremos ya no son excepción
La ciencia ha sido clara durante décadas: una atmósfera más cálida retiene más humedad, lo que aumenta la probabilidad y severidad de lluvias intensas y repentinas. Por cada grado Celsius de calentamiento, el aire puede contener entre 6 y 7 % más vapor de agua, lo cual se traduce en tormentas más destructivas.
El evento de Texas no es una anomalía, es parte de una tendencia:
Según Climate Central y estudios de atribución climática, las lluvias en Texas habrían sido 20 a 30 % menos severas sin cambio climático antropogénico.
La región de Texas ha vivido más de 1.000 muertes por inundaciones entre 1959 y 2019, pero la frecuencia e intensidad de estos eventos se ha disparado en la última década.
Los modelos climáticos ya no predicen “lluvias estacionales” como antes. Los patrones se han roto y la falta de capacidad adaptativa agrava los daños.
A nivel global, informes del IPCC y la Organización Meteorológica Mundial señalan que el cambio climático está acelerando eventos extremos: desde olas de calor en Asia hasta incendios forestales en Canadá y lluvias sin precedentes en Sudamérica. El planeta ya superó los 1.5 °C en meses recientes, y cada fracción adicional implica mayor riesgo.
4. ✅ ¿Qué podemos hacer como ciudadanía global?
La sensación de impotencia frente a tragedias tan grandes puede paralizarnos, pero hay muchas acciones posibles desde lo local, lo comunitario y lo político. Aquí algunas claves para movilizar:
A. Exigir políticas públicas con visión climática
Presionar por leyes de emergencia climática nacional que reconozcan la urgencia del problema.
Solicitar que todos los presupuestos públicos incluyan una perspectiva de resiliencia climática.
Promover sistemas de alerta temprana, infraestructura verde y planificación urbana basada en riesgos.
B. Apoyar la ciencia, la vigilancia y la educación ambiental
Defender el financiamiento a instituciones científicas, meteorológicas y ambientales.
Exigir datos abiertos y accesibles para monitorear riesgos.
Participar en campañas de educación climática y alfabetización ambiental.
C. Adoptar prácticas de vida sostenibles
Reducir consumo de combustibles fósiles: usar transporte colectivo, bicicleta, energías limpias.
Proteger ecosistemas que amortiguan el cambio climático (humedales, manglares, bosques).
Apostar por economías circulares y locales, que reduzcan emisiones y desigualdades.
D. Movilizar la solidaridad internacional
Compartir información, alzar la voz y apoyar causas en otros territorios.
Colaborar en redes ciudadanas de defensa ambiental y justicia climática.
Exigir a los países del Norte Global mayor responsabilidad, financiamiento y reparación.
La emergencia climática no admite excusas
Texas no es un caso aislado, es una advertencia global. Las víctimas de estas inundaciones son los rostros humanos de una crisis que ya está aquí. Las niñas arrastradas por el río Guadalupe, los padres que aún buscan a sus hijos, los pueblos arrasados por el agua: todos ellos nos gritan que el cambio climático no es un problema “del futuro”, ni un asunto de “expertos”, sino una emergencia ética, política y civilizatoria.
Desde Citizens for Sustainability hacemos un llamado firme:
📢 ¡La emergencia climática es real y está ocurriendo!
📢 ¡Exijamos justicia, preparación y acción desde hoy!
📢 ¡Nadie está solo, nadie está a salvo hasta que todos lo estemos!
🔗 ¿Qué puedes hacer ahora?
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¡El momento de actuar es ahora! Cada uno de nosotros tiene un papel en la construcción de un futuro más justo y resiliente. Sigamos trabajando juntos, porque cada acción cuenta y cada esfuerzo suma. Desde lo local podemos marcar una diferencia real en el escenario global.
Roberto Juárez - Consultor e Investigador en Sostenibilidad y Cambio Climático. Director General YBTFG.
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